19 noviembre, 2022

¿Es el aprendizaje en línea el causante de los problemas de salud mental durante COVID-19?

 


Centrarse en el aprendizaje en línea como el problema nos hace perder oportunidades para identificar soluciones y apoyos para el bienestar de los estudiantes, que luego pueden aplicarse a cualquier modalidad (en línea, presencial o mixta).

Interesante artículo (nov. 2022) publicado por George Veletsianos, profesor de la Universidad Royal Roads de Canadá; Michael Barbour profesor de la Universidad Touro, US, y Stephanie Moore profesora en la Universidad de Nuevo México.
Artículo original: https://bit.ly/3Aq3wM8 
(traducción libre: Jaime Oyarzo)

La investigación muestra que la salud mental de los estudiantes se vio afectada negativamente durante la pandemia. Esto se suma a las preocupaciones y demanda de servicios de salud mental en los campus, antes de la pandemia.

¿Es el aprendizaje en línea perjudicial para la salud mental y el bienestar de los estudiantes?

En los últimos años han surgido opiniones de educadores, académicos y comentaristas políticos- que argumentan que el aprendizaje en línea es perjudicial para la salud mental o el bienestar de los estudiantes o sus familias (depresión, ansiedad, sensación de aislamiento y soledad).
También se ha instado a las universidades y escuelas a volver a la enseñanza y aprendizaje presencial.

¿Qué dicen las investigaciones?

Los investigadores autores de este artículo reunieron y analizaron toda la literatura empírica que pudieron encontrar relacionada con la salud mental y el aprendizaje en línea/a distancia. 
Estos investigadores llevan más de dos décadas estudiando y practicando el aprendizaje en línea, y han seguido de cerca la expansión del aprendizaje a distancia desde el comienzo de la pandemia.

La revisión de los estudios concluyó que la hipótesis de que el aprendizaje a distancia/en línea es perjudicial para la salud mental y el bienestar de los estudiantes no está fundamentada porque las pruebas sobre las que se puede juzgar esta afirmación son mixtas y problemáticas.

Contradicciones y pruebas problemáticas

  • La gran mayoría de las investigaciones sobre este tema se realizaron durante la pandemia. Juzgaron la eficacia del aprendizaje en línea o a distancia preguntando a las personas si estaban satisfechas con su educación. La satisfacción es un mal indicador de la eficacia.
  • Algunos estudios hallaron relaciones entre la salud mental y el aprendizaje a distancia, pero sin utilizar los métodos estadísticos necesarios para establecer relaciones causales. Otros no encontraron correlaciones, sin embargo, siguieron afirmando relaciones causales.

La naturaleza del aprendizaje rara vez se describe

Estos estudios rara vez describen la naturaleza del aprendizaje a distancia o en línea estudiado. Esto es importante porque el aprendizaje en línea no es un enfoque monolítico. Puede variar tanto en el enfoque como en la calidad, puede referirse, por ejemplo, a estudiantes que ven pasivamente conferencias pregrabadas de horas de duración, o a quienes trabajan de forma síncrona en grupos tipo taller.

  • En los entornos en línea es posible una gran variedad de métodos educativos. Sin controlar la estrategia de instrucción, no podemos estar seguros de qué tipo de aprendizaje en línea se estudia.
  • Los resultados sobre el impacto en la salud mental son mixtos, y no hay datos suficientes para sacar conclusiones firmes.
  • Algunos de esos estudios sólo analizaron poblaciones específicas, como alumnos con ADHD (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, TDAH), ansiedad grave o alumnos de un programa específico (como enfermería o estudios agrícolas) en una institución concreta, y también analizaron problemas de salud mental anteriores a la pandemia.

¿Qué podemos decir sobre el aprendizaje en línea y la salud mental en el contexto del COVID?

El aprendizaje en línea que no facilita interacciones significativas y que no incluye apoyos para la salud mental puede exacerbar los sentimientos de soledad y aislamiento.
Es el caso del aprendizaje a distancia de emergencia que tuvo lugar durante la pandemia de COVID-19 y que requirió medidas de cuarentena y distanciamiento físico.

¿Cómo deben proceder los responsables institucionales?

Considerando que la vuelta a la enseñanza presencial no va a resolver la crisis de salud mental, existen algunas orientaciones útiles en investigaciones publicadas que pueden ayudar a las instituciones a elaborar respuestas a la salud mental de los estudiantes.

Por ejemplo, un estudio realizado por dos investigadores del departamento de Sociología, Antropología, Trabajo Social y Justicia Penal de la Universidad de Seton Hall identificó las siguientes causas fundamentales de los problemas de salud mental de los estudiantes universitarios afectados por el COVID-19:

  • Pérdida y duelo: pérdida de seres queridos, pérdida de salud, preocupación por el impacto económico y la pérdida de ingresos, gestión de la propia enfermedad y de los síntomas;
  • Impactos psicológicos de cómo se manejó la pandemia por parte de los líderes políticos e institucionales;
  • Alteración de rutinas personales, especialmente en hábitos de ejercicio, sueño y alimentación;
  • Cuarentena y distanciamiento físico, que crearon sentimientos de aislamiento y soledad.

Ejemplos de medidas de apoyo con un positivo efecto

  • Cursos de bienestar personalizados, publicitados por los instructores del curso, que incluían un componente de actividad física.
  • Diseño intencionado de los cursos en línea también puede ayudar a mitigar los sentimientos de soledad y aislamiento.

¿Conclusiones?

  • Asumimos un gran riesgo si centramos el análisis en sólo una particular modalidad de aprendizaje en medio de la pandemia.
  • Al hacerlo, perdemos oportunidades de identificar soluciones y apoyos para diferentes formas de aprendizaje en línea, presenciales o mixtas.

Artículo original: https://bit.ly/3Aq3wM8 
George Veletsianos es profesor y titular de la Cátedra de Investigación de Canadá en Aprendizaje Innovador y Tecnología de la Universidad Royal Roads; Michael Barbour es profesor de diseño instructivo en la Universidad Touro, y Stephanie Moore es profesora adjunta en la Universidad de Nuevo México.

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