Debo reconocer que durante un buen tiempo utilicé el
concepto de los estilos de aprendizaje en mis talleres y conferencias, implementando
cuestionarios y conectando los estilos de aprendizaje con el diseño
instruccional.
Pero había cosas que no encajaban y paulatinamente fui asumiendo
una postura más escéptica para abandonarlos totalmente como método de análisis para
identificar formas más efectivas de enseñanza.
¿Qué son los estilos de aprendizaje?
Los estilos de aprendizaje describen cómo las personas
aprenden de la información. Estos estilos están a menudo clasificados por enfoques
sensoriales: visual, auditivo, verbal (lectura/escritura) y cinestésico.
Podemos encontrar más de 70 diferentes esquemas de estilos
de aprendizaje (Coffield, 2004), la mayoría compatibles con “una próspera
industria dedicada a la publicación de cuestionarios, matices y guías de estilos
de aprendizaje” y “talleres de desarrollo profesional para maestros y
educadores” (Pashler, et al., 2009).
La idea fundamental detrás de los estilos de aprendizaje es que
cada uno de nosotros tiene un estilo o preferencia específica de aprendizaje y
aprendemos mejor cuando la información se presenta en ese particular estilo.
Por ejemplo, los estudiantes visuales podrían aprender mejor si la materia se da
en forma gráfica o por medio de imágenes visuales, los cinestésicos aprenderían
más eficazmente si aprenden incorporando una acción corporal activa y así
sucesivamente.
El mensaje es: “la instrucción óptima requiere el
diagnóstico del estilo individual de aprendizaje y una consecuente adaptación
de la instrucción” (Pashler, et al., 2009).
PERO, NO HAY EVIDENCIA ALGUNA…
No hay ninguna evidencia que apoye la idea de que la
adecuación de las actividades a uno de estilos de aprendizaje mejora el aprendizaje.
Durante años los investigadores han intentado hacer esta
conexión a través de cientos de estudios.
En 2009, la publicación Psychological Science in the Public
Interest solicitó a 4 psicólogos cognitivos (Harold Pashler, Mark McDaniel,
Doug Rohrer, y Robert Bjork) analizar la investigación sobre los estilos de
aprendizaje para determinar si existe evidencia creíble para apoyar el uso de
los estilos de aprendizaje en la enseñanza. Llegaron a una conclusión
sorprendente, pero clara: “A pesar de que la literatura sobre los estilos de
aprendizaje es enorme”, “no encontraron prácticamente ninguna evidencia” que
apoya la idea de las ventajas de “un formato de instrucción que coincida con las
preferencias del estudiante.”
¿Por qué son tan populares?
Pashler y sus colegas señalan algunas de las razones para
explicar por qué los estilos de aprendizaje han ganado y mantenido tal atracción:
- A la gente le gusta identificarse a sí mismos y otros por “tipos” o categorías. Estas categorías ayudan a ordenar el entorno social y ofrecen formas rápidas de entenderse mutuamente.
- La idea de que los estudiantes deben ser reconocidos como “individuos únicos” -o, más precisamente, la necesidad de reconocer las diferencias entre los estudiantes.
- Este enfoque sugiere que “todas las personas tienen la posibilidad de aprender de forma sencilla y efectiva tan sólo adaptando la instrucción a sus estilos individuales de aprendizaje”.
“Puede existir cierta
evidencia que indique que hay algunas mejores maneras de enseñar algunos temas,
a pesar de los estilos de aprendizaje de los individuos .... Si estás pensando
en la enseñanza de escultura, las largas descripciones verbales de estatuas o
esculturas no serían particularmente eficaces para aprender acerca de obras de
arte. Las esculturas son los objetos físicos y hay que darles un vistazo e incluso
manipularlos “(Cerbin, 2011)
Pashler y sus colegas están de acuerdo en que: “Un punto
obvio es que el método de instrucción óptimo probablemente varía en cada disciplina”.
En otras palabras, la disciplina puede sugerir incluir actividades cinestésicas
en los cursos de escultura y anatomía, la lectura/escritura de las actividades
en cursos de literatura e historia, las actividades visuales en cursos de
geografía e ingeniería y actividades auditivas en la música, idioma extranjero,
y cursos de oratoria. Evidente o no, estas decisiones conectan enseñanza y
aprendizaje con los contornos de la materia, sin limitar las capacidades
potenciales de los alumnos.
Indiana Wesleyan University ofrece una contundente
conclusión del meta-análisis sobre estilos de aprendizaje:
No utilice la teoría de los estilos de aprendizaje porque no tiene soporte experimental.
Referencias
Learning
Styles, by Nancy Chick, CFT Assistant Director https://cft.vanderbilt.edu/guides-sub-pages/learning-styles-preferences/
Comprensión lectora basada en evidencias. https://clbe.wordpress.com/2015/01/07/mas-razones-para-no-leer-los-estilos-de-aprendizaje/
Pashler,
Harold, McDaniel, M., Rohrer, D., & Bjork, R. (2008). Learning styles: Concepts and
evidence. Psychological Science in the Public Interest. 9.3 103-119. http://www.psychologicalscience.org/journals/pspi/PSPI_9_3.pdf
Cerbin,
William. (2011). Understanding learning styles: A conversation
with Dr. Bill Cerbin. Interview with Nancy Chick. UW
Colleges Virtual Teaching and Learning Center. https://sites.google.com/a/gapps.uwc.edu/vtlc/home/programs/podcasts/learningstylescerbin
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