Imagina que tú y un amigo de toda la vida están hablando.
¿Cuáles son las señales observables que indican si están participando
activamente en la conversación? ¿Están haciendo contacto visual? ¿Escuchando lo
que tienes que decir antes de responder? ¿Haciendo preguntas y esperando la
respuesta? ¿Compartiendo afirmaciones, dudas, percepciones? ¿Mirando su
teléfono móvil a lo largo de la conversación?
Brad Garner, Director de Enriquecimiento de la Facultad,
Centro de Aprendizaje e Innovación Indiana Wesleyan University.
Considera por un momento esta observación sobre una
conversación entre amigos y proyéctala a la sala de clases.
Imagina cómo perciben los estudiantes el grado de interés y cuan
involucrados están los profesores.
Los profesores pueden proyectar su presencia de diferentes
formas. Allí podemos pedir ayuda al modelo denominado TPACK (inglés:
Technology, Pedagogy And Content Knowledge). Este modelo es una extensión de
Pedagogical Content Knowledge de Shulman (1986) (PCK) que unifica tres ámbitos:
la materia de especialidad del profesor, el conocimiento del ámbito tecnológico
y su conocimiento pedagógico.
Falta un componente vital para completar el modelo TPACK en este contexto: la conexión con los estudiantes, es decir la forma que el profesor se
comunica y se compromete con los estudiantes dentro y fuera del aula, que
puede incluir:
- Programación de tutorización antes y después de clase que subraya estar disponible para los estudiantes (para preguntas, dudas, conversaciones informales).
- Pedir a los estudiantes que programen una conversación personal para comentar el curso y lo que están aprendiendo. Esto construye a establecer relaciones y compartir historias (profesionales e incluso personales), planes futuros, líneas de especialización, planes de posgrado etc.
En esencia:
El profesor debe ir más allá de ser un experto en su materia
y el principal proveedor de conocimientos, para convertirse en un socio activo
que se centra en las necesidades de los estudiantes.